ORACIÓN DE SANACIÓN PARA LOS ENFERMOS
PADRE EMILIANO TARDIF
Señor Jesús, creo que estás vivo y resucitado. Creo que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del altar y en cada uno de los que en ti creemos.
Te alabo y te adoro.
Te doy gracias, Señor, por venir hasta mí, como pan vivo bajado del cielo. Tú eres la plenitud de la vida. Tú eres la resurrección y la vida. Tú eres, Señor, la salud de los enfermos.
Hoy quiero presentarte todas mis enfermedades porque tú eres el mismo ayer, hoy y siempre y tú mismo me alcanzas hasta donde estoy.
Tú eres el eterno presente y tú me conoces...
Ahora, Señor, te pido que tengas compasión de mí. Visítame a través de tu Evangelio para que todos reconozcan que tú estás vivo en tu Iglesia hoy; y que se renueve mi fe y mi confianza en ti. Te lo suplico, Jesús.
Ten compasión de mis sufrimientos físicos, de mis heridas emocionales y de cualquier enfermedad de mi alma.
Ten compasión de mí, Señor. Bendíceme y haz que vuelva a encontrar la salud.
Que mi fe crezca y me abra a las maravillas de tu amor, para que también sea testigo de tu poder y de tu compasión.
Te lo pido, Jesús, por el poder de tus santas llagas, por tu santa cruz y tu preciosa sangre.
Sáname, Señor. Sana mi cuerpo, sana mi corazón, sana mi alma. Dame vida y vida en abundancia. Te lo pido por intercesión de María Santísima, tu madre, la Virgen de los Dolores, la que estaba presente, de pie, cerca de la cruz. La que fue la primera en contemplar tus santas llagas y que nos diste por madre.
Tú nos has revelado que ya has tomado sobre ti, todas nuestras dolencias y por tus santas llagas hemos sido curados.
Hoy, Señor, te presento en fe todas mis enfermedades y te pido que me sanes completamente.
Te pido por la gloria del Padre del cielo, que también sanes a los enfermos de mi familia y a mis amigos.
Haz que crezcan en la fe, en la esperanza, y que reciban la salud para gloria de tu Nombre.
Para que tu Reino siga extendiéndose más y más en los corazones, a través de los signos y prodigios de tu amor. Todo esto te lo pido, Jesús, porque tú eres Jesús.
Tú eres el buen pastor y todos somos ovejas de tu rebaño. Estoy tan seguro de tu amor que aún antes de conocer el resultado de mi oración. En fe, te digo: Gracias Jesús, por lo que tú vas a hacer en mí y en cada uno de ellos.
Gracias por las enfermedades que tú estás sanando ahora, gracias por los que tú
estás visitando con tu misericordia. Amén